14. EN LOS TEJADOS

A trizas tengo el coraje

porque aún sabiendo el desenlace

mis ojos son como mares

llenitos de oleaje.

Sabía que tu piel se iba a hacer hueso

que tu mirada miraría a ningún sitio

pero yo nunca pedí ser un valiente

si yo, aún andaba con tus besos en mi frente.

Y jamás me voy a despedir de ti

de mi boca no saldrá nunca un ‘Hasta siempre’

porque aunque te voy a echar mucho de menos

sé que vivirás en mí eternamente…

¡¡CUÁNTO TE QUIERO

AHORA Y SIEMPRE!!

Y a partir de este momento

búscame por los tejados

porque allí me voy a quedar

para estar más cerquita de tu lado…

Mare, luego me paso…